Azul Vermeer, de Mar Mella

jueves, 14 de noviembre de 2013


 Autora: Mar Mella
 Editorial: Martínez Roca
ISBN: 9788427040687
Páginas: 441
           Sinopsis:
1675. Delft, Países Bajos.
"-El panadero no nos fiará más. Ha accedido a llevarse el cuadro que queda en el estudio para terminar de saldar nuestra cuenta. Llevamos casi dos años sin pagarle.
-¿No podías haber buscado otra solución?- la boca de su madre se contrajo en una mueca-. Ya le has entregado uno y sabes que ese lienzo era uno de sus favoritos. Él habría hecho cualquier cosa antes de verlo colgado en la pared del salón de un...
-Si hubiera hecho lo suficiente, no me vería obligada a tener que hacerlo yo ahora."
Actualidad.
Marta Miralles, una brillante restauradora de pintura flamenca, accede a restaurar un antiguo lienzo sin catalogar perteneciente a la familia Medraño, propietaria de una de las casas de subastas más prestigiosas de Europa. Cuando Marta acepta el encargo, vuelve a reencontrarse con algunos de los fantasmas de su pasado, como Javier, su primer amor, y Paddy, el hombre del que estuvo enamorada la mayor parte de su vida. Pronto, la vida de todos terminará por fundirse con la historia de ese misterioso lienzo y con la obsesión de Marta por el famoso maestro Vermeer y su obra...
Azul Vermeer nos adentra con pulso magistral en el desconocido mundo del arte y los coleccionistas privados, en las intrigas que se esconden tras las galerías más prestigiosas y en el submundo que oculta el mercado negro de obras sin catalogar.


Reseña de Rustis:

Nombrar a Johannes Vermeer y conseguir inmediatamente mi atención, es algo que todos los que me conocen saben. Así que imaginad mi cara cuando desde Martínez Roca nos llegaba el ejemplar de esta novela de Mar Mella. La actitud inicial, desde luego, era más que positiva. Me llamó además la atención que Soledad Puértolas -autora a la que respeto inmensamente- indicaba en uno de los comentarios que recoge la solapa exterior del libro, que se trataba de un texto muy bien estructurado. Ya sabéis también lo mucho que me fijo en este aspecto.

Partiendo de estas dos variables, tengo que decir que AzulVermeer no me ha decepcionado en absoluto. Efectivamente, la organización del relato es uno de los elementos mejor trabajados; cada una de las partes que constituye la novela lleva el título de uno de los colores empleados usualmente por el gran artista flamenco de la pintura y, además, comienza con el relato en pasado de una parte de la vida de alguno de los personajes que acompañan a Marta Miralles, la protagonista, en su viaje. Estos saltos adelante y atrás en el tiempo no emborronan en ningún caso la historia central: una restauradora de arte recibe el encargo de estudiar la autoría de un cuadro flamenco al tiempo que lo deja listo para una importante subasta. La pintura y el mundo comercial que la rodea es, así, centro neurálgico de la historia, pero ese continuo ir y venir en el tiempo busca elaborar una trama que, más allá de este contexto pictórico, va descubriéndonos un drama romántico. Efectivamente, AzulVermeer, más que ninguna otra cosa, es una novela de amor. En ella aparecen muy diferentes amores y desamores, tanto paterno-filiales como, sobre todo, de pareja, y es en esto en donde el lector fija su atención. Lo interesante del relato, más allá de perseguir la historia de ese cuadro que fascina a Marta Miralles, es ir descubriendo, paso a paso, la evolución de las relaciones de la protagonista con sus acompañantes en el relato, especialmente con el vanidoso Javier y el extraño y ambiguo Paddy. Este triángulo amoroso es el que suscita la mayor tensión dentro de la historia. Los cruces entre todos los personajes son continuos y, sin giros bruscos ni sorpresas mayúsculas, Mar Mella consigue hacernos partícipes de un universo de resentimientos, dolor y amor. La historia nos engancha; mucho, además. Y logra este efecto porque todos los elementos están articulados como la maquinaria de un reloj: no se dejan cabos sueltos, se organiza la información de manera precisa y sin rodeos, y se emplea un estilo muy sencillo, sin aspavientos ni grandes lirismos, que se adapta a muy distintos tipos de lectores.

Dentro de esta maquinaria casi perfecta, hay algo que es imposible dejar de comentar, porque constituye el contexto en que se desarrolla la historia de ese triángulo amoroso. El mundo de la pintura, que aparece desde las primeras líneas de la novela, en que se presentan los instantes posteriores al fallecimiento de Vermeer, hasta el final -sorpresa incluida- del libro, pasando por las insistentes referencias a las subastas, el arte, el mundo de la restauración, los colores, etc. Todo pensado para que los lectores no solamente entendamos el universo en que se mueven los personajes, sino también para que aprendamos mucho y muy bien de ello. Quizá solamente a aquellos a quienes el arte no atraiga especialmente les resultará molesta la introducción del tema en el noventa por ciento de los diálogos de los personajes. Sin embargo, en mi caso, debo decir que he aprendido muchas cosas con esta novela, he reforzado otras que ya sabía, he vuelto a despertar mi amor por Johannes Vermeer y he disfrutado inmensamente con esa lucha latente en todo el texto entre el arte como disfrute estético y el arte como inversión empresarial.

Se trata, en conclusión, de una novela de lectura sencilla, trama apasionante y personajes atractivos envueltos en un universo, el de la pintura, que Mar Mella consigue consolidar como una pasión tanto de la protagonista, como de sus lectores. Un acierto editorial que, como ya advierto, sin extravagancias ni grandes giros argumentales, nos lleva a través de una historia de amor aparentemente tópica hacia un final que no dejará indiferente a nadie.

Reseña de Mustis:

La figura de Johannes Vermeer ya había sido utilizada, y con mucho éxito, como personaje principal en una novela de Tracy Chevalier: La joven de la perla (nombrada, además, en la parte central de este libro). En Azul Vermeer, el pintor no aparece en la trama, tan sólo su familia tras su muerte. Sin embargo, uno de sus cuadros va a ser el nexo de unión de la historia en tres épocas diferentes: la de Vermeer, la de la Guerra Civil española y la época actual.

El libro se estructura en cuatro partes, y cada una de ellas lleva el nombre de un color: blanco de plomo, rojo ocre, amarilo de India y, por fin, el azul ultramar o azul Vermeer.


Mar Mella

Mar Mella ha conseguido con esta novela algo muy difícil: una historia que nos interesa, nos entretiene y nos mantiene intrigados hasta el final. Y esto, para alguien que empieza en las labores de escritora tiene aún más mérito. En su biografía nos dicen que ha trabajado en cadenas hoteleras internacionales, así como de redactora en varios medios de comunicación. Leyendo este libro hemos de pensar que o ha hecho una gran labor de documentación, o que de alguna manera ya conocía el mundo del arte, el coleccionismo de obras y la restauración, aunque no se haya dedicado a ello profesionalmente. Opino así porque es un placer leer cómo describe el proceso de restauración de un cuadro, con qué detalle nos habla del mundo del coleccionismo privado o de las casas de subastas.

En cuanto a los personajes, mis preferidos son Marta Miralles y Ruud Smits. Marta me ha llamado mucho la atención porque no es la típica protagonista triunfadora, segura de sí misma, sino que es tímida, muy reservada y con muchas dificultades de relación debido, en gran medida, a lo vivido con sus padres en su infancia y juventud. Sin embargo, cuando se trata de su trabajo, se transforma en la mejor y se olvida de todas sus inseguridades. La relación de Marta con su familia, y cuáles han sido los problemas que ha vivido con ellos desde niña, los vamos conociendo poco a poco y, aunque llegamos a saber bastante de esta relación, yo hubiese agradecido algún otro pasaje en el que viéramos mejor cómo eran esa madre y ese padre en su día a día con Marta.

Mi otro personaje favorito es Ruud Smits. Lo conocemos en Madrid, durante la Guerra Civil, como un joven ingenuo e inocente atemorizado por una guerra que ni siquiera es la suya, y loca y silenciosamente enamorado de Lola. Mucho más tarde, ya anciano, nos lo encontramos en Ámsterdam como propietario del taller al que va a trabajar como becaria Marta, sin esa inocencia de la juventud pero aún con el gran corazón que demostraba ya en Madrid.

Alrededor de ellos están los demás personajes: Javier Medraño, vértice del triángulo amoroso que, junto con Marta, completa Paddy, hijastro de Ruuds; Juana, la criada de la familia de Marta y una de las personas que mejor la conoce; Emilia Medraño, propietaria del supuesto cuadro de Vermeer, etc. Me ha gustado mucho la relación de Marta con Paddy; cómo, durante años, viven en la misma casa diciéndose poco más que "buenos días" y "buenas noches", pero conociéndose muy bien y llegando a enamorarse porque cada uno observaba atentamente y en secreto todos los movimientos del otro.

Si tuviera que decir algo negativo del libro, sería que pierde algo de ritmo en su parte central, durante la estancia de Marta en Ámsterdam. Esto queda compensado por el interés que nos despiertan las explicaciones que Ruuds da a Marta, en este momento de Azul Vermeer, sobre la vida del pintor, su relación con sus compañeros de profesión, la forma en la que en esa época se preparaban los pigmentos,... Estas informaciones están tan bien contadas que nos olvidamos en gran parte de que hemos perdido un cierto ritmo en la narración.

Y, por fin, la historia coge de nuevo vuelo para llegar a un final inesperado, del que no puedo desvelar nada pero que nos deja con una sonrisa en los labios y la impresión de que las 441 páginas se nos han pasado en un abrir y cerrar de ojos. Si estábais buscando un libro de esos que no se pueden dejar, de los que estéis deseando llegar a casa para continuar leyendo, entonces vuestro libro es Azul Vermeer.


Agradecemos a Martínez Roca el envío de este ejemplar




23 comentarios:

  1. Habéis conseguido intrigarme, aunque la parte romántica no me atrae mucho, sí el mundo de la pintura y lo que la rodea,
    besucus

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    1. Pues sobre el mundo de la pintura aprenderás muchísimo. De todas formas, la parte romántica no es excesivamente cursi, creo que puedes darle una oportunidad :-)

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  2. Un libro que en casa nos ha llamado la atención (a ver si tenemos suerte en el amigo invisible bloguero)

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    1. Estaría genial que te tocara, peeeeeero... ¡¡Sorpresa!!
      Merece la pena leerlo

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  3. Es un libro que me llamó la atención desde que salió en el catálogo de la editorial y después de leeros me quedon con más ganas, tiene varios elementos que me gustarían
    besos

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  4. Jo,voy a tener que dejar de pasarme por aquí,me llaman la atención cosas que con un mero vistazo ,jamás leeria

    un saludo

    Luna

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  5. Tengo que hacerme con este libro, que después de leeros, sé que me va a gustar.
    Besotes!!!

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  6. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  7. No sé qué hacer con este libro, también me llama la parte más "artística", la relacionada con el mundo de la pintura y lo que parece aprendes sobre ese mundo. Pero el resto de la trama me llama menos, así que estoy en sí pero no, o en un no pero sí, que no me acabo de decidir ;)

    Gracias y un saludo!

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    1. Bueno, la parte dedicada al arte es mucha y muy buena... ¡¡Ya nos dirás si finalmente te animas!! Y nos cuentas qué tal..

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  8. Me llamó cuando salió, y después he ido leyendo reseñas que me han dado ganas de leerlo. Lo tengo apuntado
    besos

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    1. Te seguiremos a ver qué te parece el libro a ti. Besotes!!!

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  9. No me termina de convencer, supongo que no es mi estilo. Aún así gracias por las reseñas, ya que me hace mucha gracia leer ambas opiniones.

    Un besiño

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  10. Tengo ganas de leerlo, tiene buenas opiniones en general =)

    Besotes

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  11. El libro tiene buenísima pinta, quizás le de una oportunidad :)
    Un besote!

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  12. Harías muy bien. Por cierto, nos hemos pasado por tu blog y nos quedamos. ¡Nos ha gustado mucho!

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