La solterona, de Edith Wharton

miércoles, 22 de enero de 2014


La solterona
Autora: Edith WhartonEditorial: ImpedimentaPáginas: 144


Sinopsis
Nueva York, mediados del siglo XIX. Mientras Delia Lovell se prepara para asistir a la boda de su prima Charlotte, ésta aparece en su casa y le revela un terrible suceso que ambas mujeres, por distintas causas, se ven obligadas a esconder, mientras la ansiada boda se cancela. A partir de ese momento, sus vidas quedan atrapadas por este secreto que las unirá para siempre enfrentándolas al estricto mundo en el que viven.


Reseña de Rustis

En el Nueva York de mediados del siglo XIX ser mujer, y serlo dentro del extenuantemente rígido mundo burgués, no era cosa fácil. Esto es, de forma resumida, una buena manera de explicar lo que Edith Wharton nos enseña en esta pequeñita novela que leí casi en un suspiro y que no puedo dejar de recomendar.

Edith Wharton


Para mostrar este universo hostil y angustioso, la autora elige a dos mujeres que cumplen en la historia la misión de representar dos maneras de sentir y vivir aparentemente distintas pero, en el fondo, muy similares. En primer lugar se nos presenta a Delia, la cumplidora, firme representante de su clase social, feliz de puertas para afuera, pero con un universo interior que, desde las primeras páginas, revela una terrible realidad: la experiencia de que el matrimonio es, en ese tiempo histórico, la única salida -y no sencilla- para la mujer. Y que, aun cumpliendo con este inamovible rol, no tienes asegurada la felicidad. Sólo eso que todos ansiamos: seguridad. Frente a ella, Charlotte, la solterona que presta título a la novela. Con ella, Wharton nos pone frente a la compleja situación de ver cómo el incumplimiento de la imprescindible prudencia, lleva a una mujer a destrozar su futuro para pagar el precio de los errores pasados. Charlotte es la mujer extraña atravesada en un mundo de apariencias y de extrema moralina; si aún hoy en día ser una “solterona” -y nótese el sentido peyorativo del término- es saltarse, de algún modo, una regla no escrita, imaginaos lo que significaba serlo en esos tiempos de maricastaña. Al final, ese terrible y secreto error de Charlotte es el sustento de la historia de ambas, que verán cómo sus dos vidas, que comenzaron de formas tan diferentes, quedan atadas por un lazo imposible de eliminar. Y ahí debe quedar la cosa porque, lectores, no pretendo destrozar a nadie el misterio del caso. Aunque seguro que más de uno ya tiene en su cabeza una idea de cuál puede ser ese tropezón cometido por la pobre solterona.



De todos modos, este esbozo de la trama es solamente la punta del iceberg de lo que podemos encontrar en la novela. Lo más interesante, según mi lectura, es percibir el desasosiego y angustia latentes en ambos personajes a lo largo de todo el texto. Wharton consigue transmitirnos esta sensación con un estilo donde prima la sencillez, la sobriedad y, por encima de todo, los silencios. Muy pocas palabras por parte de las dos protagonistas, apenas las justas para seguir la historia, mientras el narrador escudriña en la psicología de ambas y nos la presenta a través de mínimas descripciones en las que, hasta la apariencia de los objetos o las habitaciones colaboran en mostrarnos la marginalidad en que estas dos mujeres se sitúan dentro de su estatus social. 

Tanto la “felizmente” casada Delia, como la solterona, acaban cayendo en desgracia, puesto que en plena burguesía decimonónica todo secreto que amenace con alterar el orden social debe ser escondido bajo la alfombra. Como las bombas enterradas bajo tierra que sólo amenazan a aquellos que conocen su existencia: así, el secreto de Charlotte y Delia, compartido por el lector, es el “tic-tac” que nos pone en una constante alerta de que algo terrible puede suceder en cualquier momento. Aunque, en este caso, insisto en que lo importante no es tanto el “qué” sucede sino el “cómo” sucede y, sobre todo, cómo lo viven estas dos mujeres que, con cada una de sus decisiones, estrechan el abismo que las separa hasta hacerlas casi un único personaje. En ambas, y vuelvo al inicio, queda agazapada la esencia de esa difícil existencia de la mujer burguesa decimonónica. Maravilloso ver cómo en tan pocas páginas fue Edith Wharton capaz de sustentar en perfecto equilibrio todo ese magma contenido, a punto de la explosión. Un texto imprescindible, redondo, perfecto, desasosegante pero muy atractivo y de lectura inaplazable. Ya estáis tardando.


- Agradecemos a la editorial Impedimenta el envío de este libro.






7 comentarios:

  1. Me has dejado con la intriga de saber cuál es el secreto que comparten estas dos mujeres, aunque algo me barrunto, a ver si puedo hacerme con el libro y descubro si estoy o no en lo cierto.
    Un saludo.

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  2. Qué ganitas le tengo a este libro! Y después de leer esta reseña, aún más!
    Besotes!!!

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  3. Me gusta ese contraste de personajes: la mujer arquetipo de un tiempo y un lugar y la otra mujer rompedora de reglas. Ya estaba anotado el libro, pero le has dado un empujón que no veas. Magnífica reseña.

    Besos!

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  4. ¡Hola! -espero no interrumpir- Este blog está nominado para Liebster Award, si quieren saber de qué trata todo esto, les dejo la entrada: http://laamantedelamusicayloslibros.blogspot.mx/2014/01/liebster-award.html para que vean las bases o normas de Liebser Award, espero y les guste la idea, les mando un beso, hasta luego:)

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  5. Lo tengo pendiente!!
    Además la edición es una monería =)

    Besotes

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  6. Me encantó este Libro. es una lectura muy muy recommendable. Y las ediciones de Impedimenta son una tentación siempre.

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