Hablar solos
Autor: Andrés Neuman
Editorial: Punto de Lectura
ISBN: 9788466327480
Páginas: 179
Sinopsis
Un viaje. Dos triángulos. Tres voces. Una vuelta de tuerca matriarcal a la road movie: padre e hijo salen a la carretera juntos, por primera y quizás última vez; mientras la madre toma la palabra y emprende por sí misma una segunda exploración, incluso más arriesgada.
Alternando ternura y crudeza, Hablar solos se desplaza de la infancia a la perversión, de la familia al duelo. Una novela perturbadora que plantea una pregunta de profundas consecuencias: ¿cómo afecta la enfermedad a nuestra forma de leer y de vivir el sexo?
Reseña de Rustis
Todos hemos hablado solos alguna vez. Reconozcamos que es una forma
de comunicación como cualquier otra, en la que buscamos explorarnos
a nosotros mismos, descubrirnos, comprendernos, expulsar fantasmas...
A veces lo hacemos en voz alta, en otras ocasiones escribimos, o
simplemente pensamos en un monólogo intenso sobre lo que sucede a
nuestro alrededor, y rediseñamos la realidad en función de nuestra
mirada.
Todas las formas de hablar solo son adoptadas por Andrés Neuman en
esta novela corta, de fácil y rápida lectura, prosa ágil y con un
tema cercano y que engancha: las consecuencias de una enfermedad
dentro de una familia. El autor nos sitúa frente a tres personajes
principales que, desde su propia situación e idiosincrasia, hablan
consigo mismos elaborando paso a paso un retrato, a medias tierno y a
medias dramático, de sus vidas. El autor alterna sus voces,
presentándonos la historia en cortos capítulos que llevan por
título, exclusivamente, el nombre de la persona que toma la palabra
en cada momento: Mario, que decide dejar aparcada durante un tiempo
su enfermedad para llevar por primera vez a su hijo de viaje en su
camión; Lito, el pequeño de diez años que vive entusiasmado la,
para él, gran aventura que le regala su padre; y, por último,
Elena, la madre que aguarda en casa el regreso y representa el lazo
más dramático y duro de la historia.
Sí,
efectivamente, y al contrario de lo que podríamos pensar, en Hablar
solos
la mayor crudeza del relato no está en la voz del enfermo terminal,
sino muy acertadamente, en la palabra de la mujer que se queda sola
en el hogar, sabiendo que pronto se quedará también sola en el
mundo. La lucha interna de Elena es intensísima en toda la novela,
sus actos son juzgados de forma extrema tanto por ella como, sin
quererlo, por el propio lector; los fantasmas pueblan la mente de un
personaje que se ve imposibilitado para soportar con firmeza la
enfermedad de su pareja y sostenerle como, tanto la sociedad como
ella misma, esperarían que lo hiciera. Además, el autor otorga a
este personaje una habilidad más, que es la de intercalar su
discurso con el de varios autores literarios, cuyas citas acompañan
los pensamientos, enriqueciéndolos y haciéndolos formar parte
integrante, también, de su personalidad y su existencia. Vida y
literatura hermanadas completamente en esta inolvidable protagonista.
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Andrés Neuman |
Frente
a ella, Mario, un padre cuya fortaleza nos emociona en un ejercicio
de renuncia y de amor hacia su hijo que nos cala muy hondo. La
ternura está llevada de la mano del pequeño Lito, un personaje
sorprendente, perfectamente construido por el autor, quien muestra
una habilidad enorme para captar el pensamiento de un niño, con sus
idas y venidas, sus pequeñas preocupaciones y la constante
interrupción que, en su mente, produce cada pequeño movimiento o
escena que surge a su alrededor.
No
puedo decir que Hablar
solos
sea una novela de fácil lectura, pero no por su lenguaje, su
construcción estilística o su profundidad, sino sobre todo porque,
en ocasiones, la carga de sentimientos que sobrevuelan el texto y la
fuerza de las voces de estos personajes marcados por la tragedia
familiar es tan potente, tan cercana y tan verdadera, que produce
escalofríos. Todo un acierto de Neuman, muy recomendable.
Agradecemos a Punto de Lectura el envío de este ejemplar
Agradecemos a Punto de Lectura el envío de este ejemplar
No conocía el libro. Y me ha gustado mucho lo que cuentas. Me lo llevo bien apuntado.
ResponderEliminarBesotes!!!
¡¡Gracias Margari!! Se lee en nada, seguro que te gusta. Ya nos cuentas. Besos!!
ResponderEliminarLleva tiempo llamándome este libro y lo que comentas me ha decidido a leerlo; intentaré prepararme para esos momentos donde tanta carga de sentimientos llega a producir escalofríos. Un abrazo.
ResponderEliminar¡¡Gracias por entrar, Rebeca!! No te arrepentirás de leerlo pese a la intensidad. Nos cuentas, ¿vale? Besos!!!
EliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarPor lo que cuentas creo que sería un libro que me podría gustar.
ResponderEliminarPues si te lo lees nos lo cuentas después, ¿verdad? ¡Un beso!
EliminarTengo el libro, a la espera de su "momento", porque aunque no temo a los libros que no son "fáciles" de leer, también es verdad que hay momentos para leerlos. No es un libro muy largo, así que no lo pierdo de vista
ResponderEliminarBesos
Parece un libro de esos emocionalmente duros para el lector
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