La princesa Tarakanova
Autor: G.P. Danilevsky
Editorial: dÉpoca
ISBN: 9788493897208
Páginas: 218
Sinopsis
La aparición de la Princesa Tarakanova sacude los cimientos del trono de la emperatriz rusa Catalina II la Grande. La odisea vivida por la princesa pretendiente al trono encierra un misterio que aun no siendo el único, es el menos conocido en nuestros días.
En 1772 aparece en París una hermosa y misteriosa joven que se presenta entonces en sociedad con el título de Princesa Vlodomir, posteriormente conocida como Princesa Tarakanova. De ella nada se sabe apenas, sólo que afirma haber sido raptada en Alemania y luego enviada a Persia. Siempre según esta mujer, en Ispahan un príncipe le revela su identidad noble y la convence para que regrese a Europa a fin de conquistar el trono que le pertenece. Rodeada de personajes sospechosos e intrigantes lleva una vida extremadamente lujosa en París, Londres y Berlín, lugares donde se encargará de propagar el rumor de que es hija de la difunta emperatriz Isabel I de Rusia -muerta diez años atrás- y de su favorito cosaco con el que se casó en secreto.
(Sinopsis de la editorial)
Reseña de Rustis
Cuando
abrimos el blog hace unos meses sabía que esto me sucedería en
algún momento; porque siempre pasa. Estoy convencida de que todos
los lectores se ven en algún momento atraídos por el aspecto físico
de un libro: por una bonita portada, o el tacto satinado del papel,
por ejemplo. Estas cosas son importantes pero, lamentablemente, no
siempre tienen por qué acompañar a una historia interesante. Y aquí
me tenéis: desgraciadamente, es lo que me ha sucedido con La
princesa Tarakanova. Y
bien que lo lamento, porque reseñar un libro de la editorial dÉpoca
y tener que decir que no te ha gustado es... No sé; algo así como
irte a comprar ropa con la cartera llena a una tienda de Carolina
Herrera, y que no te guste ni una sola prenda. Y ya sé que la
metáfora es, cuanto menos, chusca, pero es que intento poner algo de
humor al caso.
La
editorial dÉpoca es una de esas empresas que los adictos a los
libros adoramos. Como las moscas a la miel. Y si hablamos de dos
lectoras del corte de Rustis y Mustis, más aún. Una editorial que
dedica todos sus esfuerzos a poner sobre la mesa clásicos de la
literatura decimonónica; con un catálogo lleno, además, de
auténticas joyas que, sin ellos, serían inencontrables, como las
Cartas
de nuestra adorada Jane Austen. Maravillosas portadas de pasta dura
ilustradas con cuadros de época, sobrecubiertas a juego, papel suave
y grueso, el tamaño justo de letra... Todo para que los libros nos
griten desde las estanterías de cualquier librería. Pero, por
desgracia, en este caso han topado con una lectora que no ha logrado
conectar con la historia.
Parto
de la base de que no soy una asidua de la novela histórica, raro es
el caso en que un ejemplar del género me gusta. Parto también parto
de la base de que la literatura del siglo XIX tiene una historia en
mi vida un tanto ambivalente: adoro el realismo español de finales
de siglo, la mayor parte de la novelística rusa y, por supuesto,
todo lo que huela a “novela victoriana” tiene puntos ganados
conmigo. Pero, por otro lado, el romanticismo puro, así a pelo y sin
una asignatura de por medio que me obligue a su lectura, no me suele
enganchar. Y aquí nos topamos con el problema.
La
princesa Tarakanova
es, sí, una novela rusa; pero también es una novela histórica y,
además, una novela muy del gusto romántico. Narra un hecho que aún
hoy día sigue envuelto en el misterio: la aparición de una joven
que dice ser princesa descendiente del zar, llamada por tanto a
gobernar sustituyendo nada más y nada menos que a Catalina la
Grande. Entre lujos y bambalinas vive rodeada de personas que
pretenden ayudarla a alcanzar el trono que, supuestamente le
pertenece aunque, claro está, ninguna de ellas puede asegurar a
ciencia cierta que las afirmaciones de la tal princesa son ciertas.
Un misterio sin resolver que daría para una buena historia de
intriga: sin embargo, para mi gusto, esa intriga está absolutamente
ausente en el libro de Danilevsky, lo cual lastra enormemente la
trama hasta el punto de hacerla tediosa.
Encuentro
la obra excesivamente llena de datos históricos para lo que una
novela debería pretender aunque, claro está, comprendo
perfectamente que tal género, en el siglo XIX, así era. Demasiados
nombres que recordar y, en contrapartida, en ocasiones, demasiadas
cosas dadas por supuestas acerca del contexto, que hacen que no
comprendamos, salvo altos conocimientos de la Rusia del momento, gran
parte de la acción. En todo caso, y para no asustaros, sí he de
decir que la editorial se ha preocupado por añadir un regalo final
al libro, con un apéndice que recoge de forma resumida un poquito de
ese contexto que hace falta para que la historia atrape. Quizá mi
sugerencia, una vez vivida la experiencia, es que leáis primero ese
apéndice y, después, la novela.
G. P. Danilevsky |
Además
de todo esto, Danilevsky divide su obra en dos partes: la primera de
ellas narrada en primera persona por uno de los personajes que
tendrán la fortuna de conocer a la princesa Tarakanova. La segunda,
narrada en tercera persona, cambiando totalmente el tono y el ritmo
de la acción. Para mi gusto, mucho más interesante el comienzo de
los hechos para, repentinamente, cambiar las tornas y enlentecerse
demasiado.
El
lenguaje tampoco nos ayuda: sobra decir que no estamos leyendo un
castellano actual y esto, por supuesto, no tiene por qué ser un
problema para que la lectura atrape. Sin embargo, en este caso, y por
eso afirmaba que es un libro muy del gusto romántico, la expresión
se vuelve dramática, hiperbólica hasta el exceso y, con ello, el
autor nos distrae de la trama y nos distancia de los personajes.
Soy
consciente de que hago afirmaciones totalmente despegadas del
contexto de escritura y lectura original del libro. Soy consciente,
por formación académica, de que lo más lógico sería hacer una
crítica del libro basada, exclusivamente, en los conocimientos que
pueda llegar a tener sobre la Rusia decimonónica, comentar a partir
de ese contexto sin evadirme de él, y no buscar más vueltas al
asunto. Pero también soy honesta con las pretensiones de este blog,
y no quiero engañar: si lo que buscas es un libro que represente a
la perfección el sentir literario y el espíritu de la novela
histórica del XIX, éste puede ser un buen ejemplo a elegir. Ahora
bien: si buscas una historia “de época”, pero que contenga
intriga, acción, y que enganche, probablemente te equivocarás. Como
yo me he equivocado.
¿Mi
sugerencia? Además de acercarte al apéndice de la edición antes de
leer la novela, haz una lectura pausada, combínala con otras de
otros géneros y estilos, y trata de acercarte a la historia
poniéndote, lo más posible, en la piel de un lector del siglo XIX.
Probablemente tu experiencia sea muy diferente a la mía.
Reseña de Mustis
Cualquier libro que esté ambientado en Rusia, y sobre todo en la época de los zares, llama poderosamente mi atención. La princesa Tarakanova no iba a ser menos, sobre todo si sumamos a lo anterior que la historia de este libro se parece en cierta medida a la de la gran duquesa Anastasia, hija de los últimos zares, que siempre me ha parecido tan misteriosa.
Además, la editorial dÉpoca ha hecho un fantástico trabajo en su edición:tapa dura, papel grueso, preciosa portada a juego con un marcapáginas incluido en el libro, retratos al final de éste de los protagonistas de la historia... Sólo podría poner un pero a la edición: he detectado unas cuantas faltas de ortografía que, sin ser demasiadas, a mi me estorbaron un poco en la lectura.
El libro está estructurado en dos partes: La primera está narrada en primera persona por el oficial de marina Konzov, quien, a bordo de una fragata a la deriva, escribe en una carta tanto su historia como la que él conoce sobre la princesa. Su intención, ya que falta poco para que la fragata se hunda, es meter la carta en una botella y tirarla la mar. La segunda parte, sin embargo, está contada en tercera persona, y en ella se nos cuenta lo ocurrido a la princesa Tarakanova desde que es apresada. Este cambio de narrador se debe a la más que probable muerte de Konzov en el hundimiento de su fragata.
Konzov, narrador de la primera parte, es a la vez coprotagonista, ya que desde el momento en que conoce a la princesa va a ser como el catalizador de lo que sucede a continuación. En su escrito vemos que se debate entre el deber de servir a su patria o creer la versión de la princesa. Además, Konzov escribe a menudo sobre su pasado, con lo cual conocemos su fallida historia de amor con Irene, a quien todavía ama, pero sobre todo estos flashbacks sirven al autor para añadir ciertos datos sobre la infancia de Tarakanova.
Al final de la segunda parte el círculo se cierra, porque el manuscrito de Konzov llega exactamente a su destino, en una casualidad exagerada que seguro que Danilevsky introduce para que todas las piezas encajen, pero que a mi me ha resultado un giro demasiado forzado.
Nunca sabremos si la historia de la princesa era cierta o, simplemente, era una farsante. Lo que sí que se aprecia es que el escritor está completamente del lado de Tarakanova. En el libro nos da a entender que, aunque no fuera cierto que era hija de Isabel I de Rusia, la princesa no sería consciente de ello. Siempre se nos presenta a la princesa no como una impostora, sino como una mujer valiente, que cree en su versión aguantando los interrogatorios y las pésimas condiciones de vida a las que la someten. En el libro se dice que la princesa era como un juguete, un arma inconsciente en manos de gente poderosa. Danilevsky no duda de Tarakanova, son los personajes secundarios los que lo hacen, y además muchos son retratados como verdugos inclementes: Orlov, la emperatriz... En el caso de la emperatriz sólo muestra un pequeño atisbo de compasión hacia la princesa cuando se entera de qué forma Orlov había logrado capturarla.
Todo en este libro es drama y sufrimiento; me recordó a esas óperas dramáticas donde no hay ni un resquicio para el optimismo y todos sufren enormes desgracias. Es más, sería un estupendo argumento para una de esas óperas, con un final al más puero estilo de La traviata.
La princesa Tarakanova no es un libro que se lea rápidamente a pesar de que no es demasiado largo. Uno tiene que tomarse su tiempo para entrar en ese mundo de la Rusia de las conspiraciones y las luchas por el poder. Pero una vez que entráis creedme... seguro que merecerá la pena.
Agradecemos a la editorial dÉpoca el envío de este ejemplar.
Reseña de Mustis
Cualquier libro que esté ambientado en Rusia, y sobre todo en la época de los zares, llama poderosamente mi atención. La princesa Tarakanova no iba a ser menos, sobre todo si sumamos a lo anterior que la historia de este libro se parece en cierta medida a la de la gran duquesa Anastasia, hija de los últimos zares, que siempre me ha parecido tan misteriosa.
Además, la editorial dÉpoca ha hecho un fantástico trabajo en su edición:tapa dura, papel grueso, preciosa portada a juego con un marcapáginas incluido en el libro, retratos al final de éste de los protagonistas de la historia... Sólo podría poner un pero a la edición: he detectado unas cuantas faltas de ortografía que, sin ser demasiadas, a mi me estorbaron un poco en la lectura.
El libro está estructurado en dos partes: La primera está narrada en primera persona por el oficial de marina Konzov, quien, a bordo de una fragata a la deriva, escribe en una carta tanto su historia como la que él conoce sobre la princesa. Su intención, ya que falta poco para que la fragata se hunda, es meter la carta en una botella y tirarla la mar. La segunda parte, sin embargo, está contada en tercera persona, y en ella se nos cuenta lo ocurrido a la princesa Tarakanova desde que es apresada. Este cambio de narrador se debe a la más que probable muerte de Konzov en el hundimiento de su fragata.
Konzov, narrador de la primera parte, es a la vez coprotagonista, ya que desde el momento en que conoce a la princesa va a ser como el catalizador de lo que sucede a continuación. En su escrito vemos que se debate entre el deber de servir a su patria o creer la versión de la princesa. Además, Konzov escribe a menudo sobre su pasado, con lo cual conocemos su fallida historia de amor con Irene, a quien todavía ama, pero sobre todo estos flashbacks sirven al autor para añadir ciertos datos sobre la infancia de Tarakanova.
Al final de la segunda parte el círculo se cierra, porque el manuscrito de Konzov llega exactamente a su destino, en una casualidad exagerada que seguro que Danilevsky introduce para que todas las piezas encajen, pero que a mi me ha resultado un giro demasiado forzado.
Catalina la Grande |
Nunca sabremos si la historia de la princesa era cierta o, simplemente, era una farsante. Lo que sí que se aprecia es que el escritor está completamente del lado de Tarakanova. En el libro nos da a entender que, aunque no fuera cierto que era hija de Isabel I de Rusia, la princesa no sería consciente de ello. Siempre se nos presenta a la princesa no como una impostora, sino como una mujer valiente, que cree en su versión aguantando los interrogatorios y las pésimas condiciones de vida a las que la someten. En el libro se dice que la princesa era como un juguete, un arma inconsciente en manos de gente poderosa. Danilevsky no duda de Tarakanova, son los personajes secundarios los que lo hacen, y además muchos son retratados como verdugos inclementes: Orlov, la emperatriz... En el caso de la emperatriz sólo muestra un pequeño atisbo de compasión hacia la princesa cuando se entera de qué forma Orlov había logrado capturarla.
Todo en este libro es drama y sufrimiento; me recordó a esas óperas dramáticas donde no hay ni un resquicio para el optimismo y todos sufren enormes desgracias. Es más, sería un estupendo argumento para una de esas óperas, con un final al más puero estilo de La traviata.
La princesa Tarakanova no es un libro que se lea rápidamente a pesar de que no es demasiado largo. Uno tiene que tomarse su tiempo para entrar en ese mundo de la Rusia de las conspiraciones y las luchas por el poder. Pero una vez que entráis creedme... seguro que merecerá la pena.
Agradecemos a la editorial dÉpoca el envío de este ejemplar.
Tengo ganas de leerlo,pero siempre lo voy dejando porque otros se me cruzan por el camino.
ResponderEliminarBesos!!
Es un libro al que le tengo muchas ganas, ya sabía que es.una lectura diferente y no ágil, pero aun así me apetece.
ResponderEliminarBesos
y yo ni lo había oido ¡¡¡
ResponderEliminarTampoco me habeís dejado muchas ganas ¡¡ jajjaja
un bsz
Luna
(yo he comprado libros por la tapa ¡¡)
El argumento tiene buena pinta, a ver si lo leo y decido si me pongo del lado de Rustis o de Mustis ;)
ResponderEliminarEs un libro que me apetece mucho, además aún no he leído nada de la editorial y todos coincidís en sus buenas ediciones
ResponderEliminarBesos
Sí, a todos nos pasa en algún momento, esas pequeñas decepciones... por mucho que selecciones pues pasa. Me gusta la editorial d'Epoca, porque cuida sus ediciones, pero tampoco eso quiere decir que me gusten todos sus libros, porque además soy poco dada a cierto tipo de novela histórica. Con este tenía dudas, y supongo que si me acerco a él será siguiendo vuestras recomendaciones.
ResponderEliminarBesos
En mi caso el género me gusta mucho, así que este libro me apetece. Pero por si acaso, no subo mucho mis expectativas.
ResponderEliminarBesotes!!!
Tengo muchas ganas de leerlo, que ya anda por casa en la estantería =)
ResponderEliminarBesotes
Creo que lo he disfrutado más que vosotras,
ResponderEliminarbesucus
A priori parece una historia más que atractiva y con la que disfrutar mucho pero, tras leer vuestras reseñas, me surgen dudas sobre si acercarme a esta lectura o no. Lo dejaré al azar del catalogo de la biblioteca.
ResponderEliminarUn saludo.