La escritura necesaria
Autor: Rubén Angulo AlbaEditorial: SiníndiceISBN: 9788494089657Páginas: 231
SinopsisCésar se traslada a Logroño para trabajar en un encargo, una novela corta relacionada con el mundo del vino. En su lucha contra el pánico al papel en blanco, la vieja casa que alquila en el casco antiguo de la ciudad toma protagonismo: sucesos inusuales, una caja repleta de cartas y fotografías de antigüedad relativa. Trabaja en ellas con la esperanza de que le sirvan de arranque para su novela, pero un descubrimiento inaudito será acicate para profundizar en la investigación de la familia que habitó la casa antes que él. Las que en un principio parecían ser cartas sencillas, tienen un remitente fuera de lo común (sinopsis de la editorial).
Reseña de Rustis
Leer a un autor desconocido es siempre un reto que me agrada
acometer: en ocasiones se puede encontrar un diamante en bruto al
que merece la pena seguir la pista; en otras casos tropiezas con un
mal libro y, simplemente, pasas página y a otra cosa. Pero hay algo
que siempre te llevas, y es el haber dado la oportunidad a alguien
que carece de los medios de una gran editorial o una campaña de
marketing para difundir su obra. La mayor o menor visibilidad de que
dispone un libro acaba dirigiendo sus posibilidades de ser leído,
hasta el punto de que comprobamos cómo se venden grandes cantidades
de textos-basura, mientras algunas joyas pueden quedar olvidadas en
los rincones de las bibliotecas, en los almacenes de pequeñas
editoriales o, con suerte, en plataformas digitales de autoedición.
El caso de Rubén Angulo es, precisamente, el de un escritor que ha
hecho uso de las redes sociales como medio de difusión de un texto
nacido al calor de una pequeña editorial riojana, “Siníndice”;
a través de twitter pude comprar un ejemplar dedicado de esta novela
corta que, ya adelanto, me entusiasmó.
La escritura necesaria nos
cuenta la historia de un escritor “por encargo”: César se
traslada a la ciudad de Logroño con sus dos hijos para preparar una
novela sobre el mundo del vino. Este será, aparentemente, el eje
central del libro; y digo aparentemente porque poco a poco Rubén
Angulo comienza a mostrarnos tramas que se insertan en el asunto
principal y lo complican, evitándonos en muchos casos definir con
exactitud cuál es el motivo que más domina entre todos ellos. Creo
que no me equivoco si afirmo que esta es, precisamente, la intención
de su autor.
Se nos presenta un personaje
protagonista complejo, un escritor enfrentado al eterno problema de
la hoja en blanco, bloqueado e incapaz de encontrar un hilo
interesante con el que desarrollar la obra que se le ha encargado. A
su confusión profesional se suma el hecho de encontrarse perdido
sentimental y afectivamente: viudo y con dos niños pequeños, se ve
presionado por sus padres con excesiva frecuencia para encontrar una
nueva pareja, al tiempo que inevitablemente recuerda a su esposa
fallecida y se relaciona -en la realidad o en la imaginación- con
mujeres que no llenan su estado de soledad y añaden, en todo caso,
complicaciones innecesarias y falsos estados de estabilidad. Entra a
vivir en una casa en la que pronto comienzan a suceder cosas
extrañas: explorando, descubre fotografías y cartas de unos
antiguos moradores en cuya historia comienza a investigar. Rubén
Angulo mezcla tramas y subtramas envolviéndolas en el ambiente
opresivo y casi sobrenatural de esa vieja casa, y somete a su
inestable protagonista a unos acontecimientos de enorme intensidad
emocional y profunda confusión que cuadran perfectamente con esa
estructura llena de hilos entrecruzados y difíciles de desentrañar.
Acompañamos así, como lectores, a César en este viaje que no
sabemos hacia dónde nos llevará, hasta que descubrimos que será,
precisamente, la escritura, el objetivo y el origen de todas las
partes de la madeja: varios escritores, desde dentro o fuera del
texto nos hablan: el narrador principal que nos presenta a César; el
propio protagonista que, poco a poco, trata de definir una trama con
la que dar pie a su novela; y, por último, los autores de las cartas
que César encuentra quienes, haciendo uso de la escritura
automática, nos muestran la fuerza que la palabra escrita tiene para
dirigir el mundo, para modificarlo, para conocer a otros, o para
conocernos a nosotros mismos a través de otros. La “escritura
necesaria” que nos revela el título de la obra.
Es evidente, con todos estos
parámetros, que la novela no resulta sencilla, aunque tampoco lo
pretende. Pero puedo asegurar que ni deja indiferente, ni desde luego
aburre. Página a página tratamos de averiguar la relación entre
unas y otras historias, e intentamos comprender hacia dónde dirigirá
sus pasos el protagonista. No niego que, en ocasiones, el texto puede
resultar confuso en tanto maneja, en menos de doscientas páginas,
varios registros, temas y géneros diferentes. Pasamos de la
descripción pausada -brillante el modo en que la ciudad de Logroño se asoma en cada rincón de la obra- a la fantasía; del diálogo a la escritura
automática; de la novela principal, a la epístola, pasando por los
retazos de historias inacabadas que el protagonista esboza. En
ocasiones es un libro intimista, en otras un thriller con componente
erótico. Pero, en suma, no deja de revelarnos que un texto
metaliterario, si se construye adecuadamente, resulta siempre tan
atractivo como complejo pues es, al fin y al cabo, el cruce más
directo entre ficción y realidad.
Rubén Angulo Alba |
Rubén Angulo ha sabido crear una
novela diferente, pero escrita con buen gusto, con un uso del
lenguaje muy atinado, muy pensado diría yo. La escritura
necesaria es un texto curioso y
de difícil factura, pero lo suficientemente sólido para ofrecernos
unas cuantas horas de entretenimiento, y muchas más de reflexión.
Sí, lo confirmo: la novela gana con el paso del tiempo, cuando se
reposa lo leído, se ordena en la mente y vamos descifrando, poco a
poco, nuevos sentidos. El autor no busca, en este caso, ponérselo
fácil al lector. Nos vemos obligados a introducirnos en el
asfixiante mundo de César para encontrar sentido a sus miedos, a su
pasado, a su conexión con las otras vidas que salen a su encuentro
y, en suma, a su peculiar carácter y forma de ser. Personalmente he
encontrado en Rubén Angulo uno de esos diamantes en bruto que, de
vez en cuando, me recuerdan que no todo en la literatura está dicho,
y que no todo debe decirse desde el púlpito brillante de una gran
editorial.
Pues esta vez no me lo llevo, a pesar de tu muy positiva reseña, ya que hace mucho tiempo que decidí que esta lectura no era para mí, por distintas circunstancias. Quizá me esté perdiendo una gran novela, y quizá podría llegar a gustarme, pero por el momento, no tengo intención de acercarme a ella.
ResponderEliminarBesos.
Pues no sé por qué, pero esta novela no me llama la atención. La voy a dejar pasar. Un beso.
ResponderEliminarNo sé si fue por el momento en que me introduje en su lectura, pero no logré conectar ni con la historia, ni con como estaba escrita.Besos.
ResponderEliminarMuchas gracias Bego.
ResponderEliminarLa verdad que hace ya tiempo de "La escritura necesaria" y dos novelas, como bien sabes, esperan en el cajón.
Primero de todo agradecer la calidad de la reseña, independientemente de que te gustara o no la novela, hay que destacar la calidad técnica, la originalidad y la independencia de la crítica.
Segundo, y más importante aún, tu actitud. No todos son capaces de acercarse a una novela eliminando prejuicios. El prejuicio es lógico y normal, es la forma que tenemos de afrontar la vida a partir de lo que somos, pero a la hora de llevar a cabo una disciplina intelectual, humanística y no científica como lo es la literatura, es más importante si cabe. Es difícil para el lector habitual abstraerse de la maquetación, la portada, la potencia de la editorial en definitiva. Ni qué hablar de la distribución o el marketing, pero también hay que romper una lanza a favor de la Editorial Siníndice porque dentro de sus posibilidades lo hace francamente bien, lo cual no es poco.
Cierto que publicar con una editorial grande supone haber pasado una serie de filtros, pero el principal filtro por el que se rige la gran editorial es el beneficio y la venta. La editorial grande hoy más que nunca es una empresa que valora antes que nada lo que va a vender; el criterio calidad no importa tanto.
Teniendo en cuenta las dificultades, que te haya gustado mi novela, es muy importante para mí. Soy consciente de que no escribo nada más que para unas docenas de lectores. Quizás, si algún día escribo para centenares, se perderá esa magia.
Un abrazo
Rubén
Me gustó mucho la prosa de Rubén Angulo, sobre todo por ese eco del pasado más nostálgico de algunas de sus alocuciones y expresiones. En todo caso, muy buena escritura, buen personaje y novela firme. Creo que algunas críticas le han sido adversas por la sordidez que desprende alguna de sus escenas, que no sus maneras literarias, todo hay que decirlo. Bss
ResponderEliminarNo disfruté tanto como tú de esta lectura, no fue en absoluto lo que esperaba y como además estuvo rodeada de cierta polémica así que en general no guardo un grato recuerdo.
ResponderEliminarBesos.
Gracias por la reseña, lo tendré en cuenta, besotes
ResponderEliminarHas conseguido intrigarme. Si me dices que la novela es compleja me lo tomo como un aliciente más, a ver si soy capaz de comprenderla y disfrutarla. Me quedo con lo que dices al final de que es una novela que mejora al dejarla reposar tras su lectura. esas normalmente son las mejores.
ResponderEliminarEstoy de visita por los blogs de los 'tarrolibreros' y aunque el vuestro ya lo conocía, no os iba a dejar sin el saludito.
Besos!!
A pesar de tus buenas impresiones, no termina de llamarme este libro así que lo dejaré pasar.
ResponderEliminarBesotes!!!
A mí me gustó leerla. Como dices muy diferente.
ResponderEliminarMe la apunto... Quizá me guste... No la descarto! Muack!
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