Los descazadores de especies perdidas, de Diego Arboleda y Raúl Sagospe

viernes, 29 de julio de 2016

Los descazadores de especies perdidas
Autor: Diego Arboleda
Ilustrador: Raúl Sagospe
Editorial: Anaya
ISBN: 9788467871784
Páginas: 255
En los años del vapor existió un tipo de gente excepcional que nunca aparece en los libros de historia. No fueron reyes ni reinas, aunque compartieron época con grandes mandatarios, generales e incluso emperadores. 
Ancianos como el señor Bisiesto y jóvenes artistas como el dibujante Benvenuto Farini o Zazel, la mujer bala; dinastías de inventoras como las geniales científicas Vapour y espías incansables, implacables y hasta invisibles, como Mao Tou Ying. Todos ellos excepcionales, todos ellos ilustres y todos, también, olvidados. 

Pero, a veces, el azar reúne en un mismo lugar a varias de estas personas destinadas al olvido. Y, cuando esto sucede, puede surgir lo extraordinario. 
Solo así se explican los hechos narrados en estas páginas. Cómo la invención del primer automóvil a vapor, creado por monsieur Cugnot en 1769, pudo desembocar ciento cincuenta años más tarde en la más extravagante hazaña de la ciencia moderna.

Son muchos los personajes que contiene esta galería ilustrada, pero aquel que lea este libro no olvidará nunca a tres de ellos, una niña-genio, un despistado fotógrafo y un lord inglés: los descazadores de especies perdidas. (Sinopsis de la editorial)

¿Habéis visto alguna vez un dodo, un quaggá o un aepyornis? ¿Sabíais que Nicolas-Joseph Cugnot inventó tanto el primer automóvil como los accidentes automovilísticos? ¿Conocéis a Minerva Vapour, una inteligentísima niña inventora que vive en lo alto de una torre al lado del patio de un colegio? Todas estas historias y muchas otras se entremezclan en Los descazadores de especies perdidas.

Diego Arboleda y Raúl Sagospe lo han vuelto a hacer. Han creado otro libro precioso, entretenido y divertidísimo, tanto para niños como para adultos, porque si algo tienen sus obras, es que personas de todas las edades pueden disfrutarlas. Los descazadores se divide en capítulos en los que nos cuentan la historia de diferentes personajes. Al principio parece que unos con otros no tienen relación, pero a medida que avanzamos veremos cómo todas las piezas van encajando perfectamente.

Aunque hay muchos personajes, yo destacaría a la saga de las Vapour, personajes femeninos maravillosos que a lo largo de varias generaciones se han dedicado a inventar montones de artilugios. Juturna, Iris o la pequeña Minerva, con sus inventos, le dan un toque steampunk (sí, como leéis) al libro. Pero también tenemos a una mujer bala, un espía chino o un lord inglés.


Como siempre sucede en los libros de Arboleda y Sagospe, se trata a los niños como los seres inteligentes que son, a los que no hay que aleccionar para que comprendan el mensaje de lo que leen. Y eso que el mensaje está muy presente, pero los lectores lo descubren a través de la propia historia: se habla del respeto al medio ambiente, del papel de la mujer en la historia, del pacifismo,... todo ello perfectamente integrado en un todo entretenidísimo.

Y sé que ya me repito, pero hay que decir que este libro no sería lo mismo sin las magníficas ilustraciones de Raúl Sagospe, que con Arboleda forma el tándem perfecto. No se puede imaginar a una Minerva Vapour, o a la mujer bala Zazel o a la autodidacta Juturna Vapour de otra manera que como Sagospe las ha creado. Todo está dibujado en tonos ocre para dar ese aspecto antiguo al conjunto, destacando también la labor de la editorial Anaya que consigue que el resultado final sean siempre libros para conservar como una joya.

En fin, esta es mi opinión, pero Los descazadores ha pasado también la prueba de los niños de la casa, y sólo digo que mi hijo pequeño querría ir a clase con una niña como Minerva Vapour. Y eso no es poco decir.





La serie Érase una vez los inventores es otro ejemplo de cómo acercar la ciencia y los descubrimientos al público infantil.

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