Grace Marks fue una mujer muy conocida en el Canadá del siglo XIX, debido a su participación en un crimen en el que murieron su jefe y el ama de llaves y amante de éste. Margaret Atwood, en Alias Grace, utiliza este suceso para contarnos cómo se imagina ella que sucedieron las cosas, y cómo vivió Grace sus años posteriores tras la condena.
El libro se estructura en quince partes, que van encabezadas por el nombre y el dibujo de un cuadrado de un quilt, labores que tanto se nombran en el libro y en las que Grace es una experta. Así, como si de un quilt se tratara, Atwood va fabricando y uniendo las piezas que hacen que la historia de la condenada vaya encajando, y poco a poco vamos sabiendo más. Al principio de cada parte también se adjuntan publicaciones de la época, fragmentos de las confesiones de Grace y de James McDermott, y otros documentos que nos hacen conocer mejor la historia y que nos dan una idea del grado de conocimiento de la misma que llegó a alcanzar la escritora para después reelaborarla.
Es Grace la que nos cuenta lo que sucedió, pero de una forma original: cuando el doctor Jordan llega para conocerla, empieza a pasar las tardes con ella para intentar que recuerde qué sucedió realmente el día del crimen. De esta manera, aunque Grace le cuenta a él y a nosotros su historia antes y después de su condena, nunca podemos estar seguros de si lo que está diciendo sucedió realmente, o si se lo está inventando porque cree que es lo que el doctor desea escuchar. El no poder fiarnos completamente de Grace, la ambigüedad de lo que narra, le da un mayor grado de interés a la novela y hace que los lectores no seamos meros espectadores, sino que participemos intentando decidir si podemos creernos a Grace.
Es también muy importante en el libro la visión que se nos da de la sociedad canadiense de la época: tanto las clases altas como los más desfavorecidos están retratados minuciosamente, y así conoceremos cómo era la vida de los criados en una gran casa, las relaciones que se establecían entre los más pudientes, las costumbres que existían en épocas como la Navidad... Sería un placer leer el libro aunque sólo fuese por ese gran retrato del siglo XIX en Canadá. Y tengo que destacar entre las demás la relación que se establece entre el doctor Jordan y su casera, la señora Humphrey, a la que su marido ha dejado sola con sus deudas, porque es de un humor negro delicioso.
Alias Grace es, pues, totalmente recomendable, tanto como retrato de una famosa criminal, como de toda la complejidad de una época. La novela ha salido además en formato bolsillo y a un precio más que económico.
Esta reseña fue publicada anteriormente en Anika entre libros
Esta reseña fue publicada anteriormente en Anika entre libros
Tiene muy muy buena pinta pero tengo muchas cosas pendientes asi que sintiendolo mucho lo dejo pasar. Besos
ResponderEliminarAcabo de leer "Harriet" de Elizabeth Jenkins, basada en un hecho real.Me llama mucho lo que cuentas.
ResponderEliminarUn beso
Me la llevo anotada. Gracias por la recomendación.
ResponderEliminarBesos
Qué buena pinta que tiene! Voy a aprovechar ahora que ha salido en esta edición.
ResponderEliminarBesotes!!!
Me estrené recientemente con Margaret Atwood con "El cuento de la criada" y me gustó mucho, así que me apunto este para continuar con la autora.
ResponderEliminarBesos
Tengo ganas de leer algo de la autora, me lo llevo, tiene buena pinta
ResponderEliminarBesos