Iqbal Masih, lágrimas, sorpresas y coraje, de Miguel Griot

Iqbal Masih, lágrimas, sorpresas y coraje

Autor: Miguel Griot

Editorial: Oxford

ISBN: 9788467356410
Páginas: 273

En 1995, Iqbal Masih, se convirtió en mártir por la lucha contra la esclavitud infantil al ser asesinado en Lahore, su localidad natal. Iqbal denunció su situación ante la opinión pública para concienciar al mundo de una injusticia que afecta a millones de menores en el mundo. A partir de la recreación de los testimonios de los que lo conocieron, lo escucharon o lo odiaron, asistimos a la descripción de un personaje cuya labor ha sido imprescindible en la búsqueda de un mundo mejor.

No conocía la historia de Iqbal Masih hasta que leí este libro. Iqbal Masih fue un niño que vivió en Lahore, Pakistán, al que sus padres alquilaron al propietario de una fábrica de alfombras con el fin de pagar la boda de su hijo mayor. Lo que ocurre en estos casos es que esa deuda era prácticamente imposible de liquidar, e Iqbal trabajó a destajo en condiciones de esclavitud durante varios años de su infancia. Por suerte, consiguió escapar y, gracias a una ONG, contarle al mundo cómo viven estos niños obligados a trabajar y explotados en condiciones denigrantes. Lamentablemente, Iqbal fue asesinado el 16 de abril de 1995, y por eso ese día, el 16 de abril, se convirtió en el día Mundial contra la esclavitud infantil.

A partir de una historia tan emotiva Miguel Griot ha escrito una novela a lo largo de la cual vamos conociendo a Iqbal, pero no a través de un solo narrador, sino que en cada capítulo alguien que conoció al niño nos cuenta qué fue sucediendo en su vida. Los capítulos son muy cortos, algunos de dos o tres páginas, y son su madre, sus primos, el jefe de la fábrica o el responsable de la ONG que le rescató, entre otros muchos, lo que nos hablan de Iqbal. La mayoría alaban su personalidad y su fuerza, otros se defienden de las acusaciones de explotación infantil, pero todos nos hacen conocer mejor cómo fue su vida.

He de decir que me esperaba bastante más de este libro porque había visto reseñas muy entusiastas. Es cierto que se lee muy fácilmente y la historia de la que parte es muy potente, pero a mí se me ha quedado corto. Este tipo de libros no suelen gustarme demasiado porque a menudo buscan la lágrima fácil. En este caso me he encontrado lo contrario: no ha sido una lectura que no me haya gustado, pero en ningún momento el autor ha conseguido emocionarme (y eso que la historia se prestaba a ello).

A pesar de esto, reconozco que es un libro interesante y muy adecuado para el público juvenil al que va destinado. Su lectura en los institutos es más que recomendable, ya que los capítulos tan cortitos hacen que sea fácil hasta para los menos acostumbrados a la lectura, y el tema que trata daría mucho juego para ser trabajado en diferentes áreas. Aunque sólo sea por haberme hecho conocer la historia de Iqbal, una verdadera historia de coraje, puede decirse que esta lectura ha valido la pena.

Nuestra recomendación junto a este libro es la película La ciudad de la alegría (1992), de Roland Joffé